Buen Viaje
África del Sur
Sudáfrica & Reino de eSwatini
Sudáfrica & Reino de eSwatini
RUTA DE ÁFRICA DEL SUR
- Ciudad del Cabo
- Chapman´s Peak Drive
- Cabo de Buena Esperanza
- Playa de Boulders
- Hermanus
- Knysna – Ruta Jardín
- Nature’s Valley – Ruta Jardín
- Puerto Elizabeth
- Bahía de Jeffreys
- Umtata. Museo de Nelson Mandela.
- Cooffe Bay – Wild Coast
- Durban
- Santa Lucía – Kwazulu Natal
- Valle de Malkerns
- Mlilwane Wildlife Sanctuary
- Barberton – Barberton Makhonjwa Geotrail
- Graskop – Ruta Panorama
- El descanso del peregrino – Historic Cemetery of Pilgrim’s Rest
- Nelspruit
- Kaapschehoop – Mpumalanga
- Johannesburgo
Duración: 22 días
Cuándo fuimos: abril
Cómo nos movimos: recorrimos más de 3.500km en auto.
Registros: hacia adentro, en mis fibras más íntimas, esos 3.500km por África del Sur, se tradujeron en un nuevo modo de transitar un Buen Viaje.
Los días en Sudáfrica fueron un viaje de ida, hacia un territorio interno que, como viajera, nunca había experimentado. En cuanto a sitios a visitar, la lista es tan extensa como su territorio. En Ciudad del Cabo, la llegada a la Isla Robben, nos permitió escuchar el relato en primera persona de un ex preso político del apartheid, a quien – entre otras cosas – pudimos consultarle en qué lugar del patio de la prisión fue que Nelson Mandela, «Madiba», había enterrado sus escritos. Registros que una vez en libertad, incorporaría a su libro autobiográfico, “El largo camino hacia la libertad”.
Después de unos días en Ciudad del Cabo, decidimos alquilar un auto e iniciar un recorrido hacia las costas del Océano Índico.
Fueron numerosas las paradas a lo largo de este recorrido transoceánico, el Cabo de Buena Esperanza, la Colonia de Pingüinos Boulders en la playa del mismo nombre en la localidad de Simon Town y la conocida Ruta Jardín – Garden Route – con sus Parques Nacionales a cada lado del camino.
Luego de Puerto Elizabeth, comenzamos a adentrarnos en uno de los sitios más auténticos que conocimos en este país, la región del Transkei, con sus coloridos hogares circulares. Antes de llegar al pequeño pueblo costero de Coffee Bay ubicado en la llamada Costa Salvaje – Wild Coast -, dedicamos un especial detenimiento en Qunu, ya que fue en Mvezo, un pueblo cercano a esa localidad, donde nació Nelson Mandela y en Qunu donde vivió sus últimos años. El Museo de Qunu se encontraba cerrado, así fue que seguimos viaje hasta el Museo de Nelson Mandela ubicado en la ciudad de Umtata.
Dejamos la Costa Salvaje atrás para empezar a acercarnos a las aguas del Índico y a las tierras zulúes. La ciudad de Durban fue algo así como, “se mira, no se toca”. Nuestro intento de entregar el auto y continuar el viaje en transporte público, fue advertido en más de una oportunidad al intercambiar con locales. Sugerencias del estilo, “no caminen por la ciudad” siendo las 11 de la mañana, deseos de querer sacar un boleto de bus hacia otra ciudad y ver a policías con látigos y armas que escoltarían ese colectivo que planeábamos tomar. Otros comentarios como “vayan a ese lugar que allí van a ver a blancos caminando” eran sólo un atisbo del doloroso y ancestral contexto sociopolítico que, la comodidad del auto, en cierta medida, había invisibilizado hasta entonces. Fue así que decidimos alquilar un auto nuevamente para continuar viaje. Mis diálogos internos frente a ese NO, hicieron uso de los kilómetros que devendrían para procesar ese Hasta Aquí, tan firme y rotundo.
Estando allí, podía comprender que el encuentro con la gran ciudad de Durban fue un punto de inflexión en nuestro viaje por Sudáfrica. A la distancia, puedo observar que fue mucho más que eso.
Decidimos continuar haciendo foco en lo sutil, «el valor de los pequeños detalles». Fue así que llegamos a la apacible localidad de Santa Lucía, también ubicada sobre la costa del índico en la provincia de Kwazulu Natal. Y era exactamente donde necesitábamos llegar. Un pueblo, con una extensión similar a la de un pequeño barrio, inmerso en una escena natural única, dentro del Parque del Humedal de iSimangaliso. Ideal para descansar, relajarse, y disfrutar de su pureza y de sus múltiples ecosistemas. Hipopótamos, cocodrilos, tiburones, rinocerontes, gran cantidad de aves, e infinidad de especies de flora y de fauna. Llegada la noche, recibimos la advertencia de los habitantes de permanecer en el alojamiento, sólo que esta vez, debido al insólito peligro de circular por la posible presencia de hipopótamos en las calles del pueblo.
Luego de contactar con la belleza superlativa de Cabo Vidal, iniciamos nuestro recorrido hacia la última monarquía absoluta de África, el Reino de eSwatini, país llamado Suazilandia hasta abril de 2018. Si bien fue sutil el tiempo que transcurrimos en la tierra de los suazis, también resultó suficiente para permitirnos el encuentro con una cultura ancestral activa, con antiguas y valiosas tradiciones y, fundamentalmente, con una idiosincrasia naturalmente cordial y afectuosa. Pasamos una noche en el Valle de Malkners, y luego de conocer la Reserva Natural de Mlilwane, seguimos avanzado hacia el oeste para llegar a la localidad de Barberton, en Sudáfrica.
Una vez allí, nos enteramos de la existencia de una de las estructuras geológicas más antiguas del mundo, el Barberton | Makhonjwa Geotrail, y hacia allí fuimos. Un sitio único donde se puede observar lo que sucedió en la tierra hace 3.4 millones de años, precisamente en las montañas de Makhonjwa.
Más que vitalizados, seguimos avanzando hacia Graskop, pequeño pueblo que tomamos como base para acercarnos a la extraordinaria naturaleza que se despliega en la Ruta Panorama. Sus numerosas cataratas (Lisbon, Berlin & Lone Creek Falls), el alucinante Cañon del Río Blyde, las Marmitas de la Suerte de Bourke (Bourke´s Luck Potholes), son sólo algunos de los bellos sitios a visitar por estas latitudes más que recomendables.
Antes de iniciar nuestro camino hacia Johannesburgo recordamos que en Knysna, uno de los lugares que conocimos mientras recorríamos la Ruta Jardín, un local nos recomendó conocer un hermoso pueblito ubicado en la Provincia de Mpumalanga, Kaapscehoop. El paisaje de la ruta que unía la ciudad de Nelspruit con nuestro destino fue más que hermoso. La también llamada “ciudad de cuentos de hadas”, fue perfecta para una parada que combinó relajo y naturaleza. Nosotros optamos por caminar hacia su mirador. Aquellos que disfruten de actividades ecuestres, es un destino ideal para hacer este tipo de excursiones.
Y finalmente llegaba el momento de regresar a otra gran ciudad, con todo lo que ello representaba para nosotros en nuestro encuentro con Sudáfrica.
En Johannesburgo, tuvimos la infinita suerte de compartir nuestros días allí con Ade, un alma noble y amorosa que nos abrió las puertas de su hogar y de sus seres queridos, ayudándonos a contactar con otros espacios y experiencias de la vida local.
Si bien los días en Joburg estuvieron atravesados por el “puerta a puerta” que vivimos en Durban, también pudimos disfrutar de sitios y vivencias propias de esta ciudad sudafricana gracias al puente que Ade nos ayudó a encontrar. En el mapa detallamos varios de los sitios que visitamos, entre los cuales, destacamos el Museo del apartheid y Constitution Hill. Como contrapunto, en Joburg se despliega una calidad artística para no dejar pasar. Si bien en el mapa también nombramos los lugares que visitamos con Ade, sugerimos consultar los mejores sitios del momento – bares y restaurantes – para vivir el movimiento artístico local.
Acompañé esta extensión de kilómetros, observación, reseteos y reflexiones internas, con la lectura de “Ojos Imperiales”, de Mary Louise Pratt. Recomendado y preciado libro sobre Literatura de Viajes y Transculturación.
También fue valioso iniciar un acercamiento a tan ineludible como desgarradora historia a través de la autobiografía de Nelson Mandela “El largo camino hacia libertad” -1994.
Para finalizar este profundo y desafiante recorrido, un fragmento de su autobiografía:
«NO PUEDO PRECISAR en qué momento se produjo mi politización, cuándo supe que dedicaría mi vida a la lucha por la liberación. Ser negro en Sudáfrica supone estar politizado desde el momento de nacer, lo sepa uno o no».
Cuándo fuimos: abril
Cómo nos movimos: recorrimos más de 3.500km en auto.
Registros: hacia adentro, en mis fibras más íntimas, esos 3.500km por África del Sur, se tradujeron en un nuevo modo de transitar un Buen Viaje.
En Johannesburgo, tuvimos la infinita suerte de compartir nuestros días allí con Ade, un alma noble y amorosa que nos abrió las puertas de su hogar y de sus seres queridos, ayudándonos a contactar con otros espacios y experiencias de la vida local.
También fue valioso iniciar un acercamiento a tan ineludible como desgarradora historia a través de la autobiografía de Nelson Mandela “El largo camino hacia libertad” -1994.